¡Sí! Más de una vez he sentido el tierno arrullo De las manos y el pecho que me engendró Haciendo de este barro, el modelo sencillo O esa pequeña astilla de un fuerte madero De tu bendito vientre fui elegido Cuándo el designio que te vistió de luto Que incrustó melancolía en tu semblante A saberte esa costilla abandonada Surgió tu espíritu de primorosa Madre Para llevar así los pasos de tus hijos Así, el Creador me encargó en las manos De la infalible y majestuosa dama Qué iluminada del cielo me llevaba Hacia la fértil lumbre de la vida Y enseñarme a levantarme en mis caídas Y aunque quisiera borrar las lágrimas Que mi insensata actitud te robó Y en la metreta del corazón guardé Cuál combustible a mi alma abatida De levantar mi esperanza hacia la vida Hoy, mi quebrantada voz te reclama Para entregarte con creces la alegría Que te negué con mis años de locura Y en tu ausencia es mi alma que te aclama ¡Vuelve pronto! Me haces falta madre A ti, hoy te digo mil gracias Madre Por donarme tu vida sin medida Y heredarme el legado de tu vida Tu consejo sigue vivo en este día En tu Ser descansa el perfil de María