Alma mía, alaba a Dios con todas tus fuerzas Todo en mí que bendiga su nombre ¿Quién podrá olvidar todo el bien que nos regala? Alma mía, alaba a Dios con todas tus fuerzas Él perdona todos tus pecados Y te salva de la muerte Te corona de gracia y te colma de sus bienes Y su amor siempre te rejuvenece El Señor siempre actúa con justicia Y defiende a los pobres Reveló sus caminos a Moisés en el desierto Sus hazañas a los hijos de Israel El Señor es clemente y compasivo Es paciente y misericordioso No está siempre enojado ni se acuerda del pecado No nos paga según todas nuestras culpas Como dista Oriente del Poniente Él aleja nuestras rebeldías Porque él sabe que estamos hechos de barro y flaqueza Él se acuerda de que solo somos polvo Que bendigan al Señor todos sus ángeles Que lo alaben sus ministros Bendecidlo en todas sus magníficas acciones Bendícelo tú, alma mía