Cuando supe que venías, la emoción me invadió Hay júbilo en mi vientre, en el tuyo salvación Bendita entre las mujeres, sin mancha ni pecado Tu humildad es un tesoro, desde el cielo admirado De Dios la elegida, por tu fe pura y sincera Confiaste sin dudarlo, aun en senda muy austera No temas, dijo el ángel, y Tú, en obediencia Entregaste el corazón, dando el sí a la providencia Tu amor es como un manto, que arropa a quien lo busca En tus manos vi la gracia, en tu rostro la ternura De una madre que se entrega, por amor al Salvador Aun sabiendo que le esperan, grandes dosis de dolor ¡Oh, María! Prima mía, bienvenida a mi hogar El Señor está contigo, por tu ejemplo sin igual Yo te honro y reconozco grande amor y compasión Serás madre de Jesús, en quien hallo salvación