Su fuerte no era escribir Su fuerte era sentir La música lo hacía vivir Volver a compartir Sentado solo en la multitud De un lado su soledad Del otro, su deseo abismal Lo acompañaba un talismán Sin saber, si lo vería esta vez Enviaba a la suerte sus plegarias Otra vez, pensé en llamarte otra vez Para no estar tan lejos y rotos Te hablo del fuego que quema por dentro De noches sin tiempo, de sueños que intento Y voces que gritan y piden respuestas El eco y el tiempo devuelven promesas Sigo en el viaje, sin mapa ni norte Buscando en acordes lo que el alma soporte El arte es mi lengua, mi sombra, mi fe Mi forma de hablarte cuando ya no sé Las melodías vibraban Sus lágrimas rodaban La gente aplaudía Su alma hoy quizá la oirían Sin saber, si lo vería esta vez Enviaba a la suerte sus plegarias Otra vez, pensé en llamarte otra vez Otra vez, pensé en llamarte otra vez