De la muerte y el pecado me salvó Cuán bondadoso, Cristo el señor Y la deuda que era mía la tomó Fue al madero y se entregó Cada herida en su cuerpo fue por mí En su muerte vida eterna conocí Yo cantaré de su amor Yo cantaré de mi salvador De la gracia que me ha dado, que me limpia, me perdona De mi Cristo hoy y siempre cantaré No habrá nada que me pueda separar De Jesucristo, mi salvador Ni la muerte, ni la espada triunfará Vivo confiado en su amor Cada día en su gracia confiaré Y mi vida a sus pies la postraré