Bramando se viene el agua del Paraná creciendo noche y día sin parar. Ranchada, barranca, tronco se llevará con viento y aguacero el Paraná. Mi rancho hasta la cumbrera ya se anegó ni el ceibo ni el aromo tienen flor. Estaba triste la tarde cuando me fui; cantó su dulce queja el yerutí. Por el río navegando la canoa va cargada redes, palos, aparejos los salvé de la ranchada. Por el río volveré a Santa Fe. El agua vino bramando pobre quedé ni rancho ni cobija he de tener. No me han de sacar del pago donde nací peleando a la corriente he de vivir. El cielo ya está limpiando vuela el chajá calandrias y crestudos cantan ya. Así ha de llegar día en que volveré a levantar mi rancho en Santa Fe.