Tomaste del cielo Un puñado de estrellas Y al mundo arrojaste Canciones de amor Y triste las manos Y los pies en los cardos Inspirando poemas de llanto y dolor Tu emoción de suburbio Recordó a la enfermita Que esperando a su novio Una tarde murió Y también a la otra La costurerita Que dio aquel mal pasó Y nunca volvió Fue tu alma exaltada Un manojo de verso Que mecida en la seda Se arrullaba en percal Y era un ansia infinita De rumores dispersos Pregonando en la senda Del bien y del mal Y una noche sin luna Borrascosa y muy fría Te alejaste Carriego Para nunca volver Quedó trunca en tus labios La postrer poesía De perdón y plegaria A una mujer Unas páginas tuyas Se ha aferrado a mi vida En aquella en qué hablas De un camino sin luz Es aquella en qué citas Muchachas vencidas Y que has elevado Al perdón de Jesus