Y ni los perros Y ni los ladridos Pueden romper mi silencio Ahora no hay nada No queda más nada Que me separe de mi soledad Ya no queda mucho que esperar Ya no queda mucho para dar Solo está mi sombra acorralada en mis pies Dulce, amiga, llévame hacia vos De todas las luces que me iluminan Me persiguen imaginarias Sombras extrañas habitan Depredadores de vida Extrañas sombras se proyectan En veredas de asfalto Solo nada me acompaña Y me sumerjo para respirar