Espeso viento te da en la cara la vida aprisa, piedra rodando, y tú en tu calma mágica. Violento espejo, mi canto te habla, llega a tu orilla, y en tus silencios tú te le quedas pálida. Cuando se estruja mi alma añora palma y pulpa de mamey y conmovida en sus raíces salta volcando al agua un cuenco de café. Quise esconder mi alma, quise esconder mi alma pero se le ve. Ahora ya no hay misterio, ahora ya el misterio se me fue. Quise esconder mi alma pero se me ve. Ya no hay misterio, ya el misterio se me fue. Quise esconder mi alma pero se me ve. y donde dije dos no es uno, sino tres. Avieso invento el que te amarra, abre su fosa, viene y se posa, como una deuda inválida. Acento viejo de la palabra, el universo de lo que siento, te hace una mueca trágica. Segunda patria la noche cerró con broche de oro el sueño aquel, puso su oscuridad en la palabra pero así y todo, alumbra lo que es.