Préstame un trozo de tu alma Y déjame leer en tus adentros Quiero aprovechar que estoy en calma A ver si al fin descubro tus secretos Préstame un instante tus silencios Y déjame escuchar tus sensaciones Duende bailarín de los mil sueños Qué presiento que adivino por las noches No pretendo adueñarme de la idea De que prendas en mi tierra tus raíces Solo espero tus pasos por mi arena Para saber hacia dónde tú te diriges Préstame un momento La piel nívea de tu espalda Esbelta, marmórea y cristalina Qué mi mano vague libre, vagabunda y solitaria Hasta el encuentro del porqué Eres tú Mi ilusión divina