Si ves un monte de espumas, es mi verso lo que ves: mi verso es un monte, y es un abanico de plumas. Mi verso al valiente agrada: mi verso, breve y sincero, es del vigor del acero con que se funde la espada. Duermo en mi cama de roca mi sueño dulce y profundo: roza una abeja mi boca y crece en mi cuerpo el mundo. Si ves un monte de espumas, es mi verso lo que ves: mi verso es un monte, y es un abanico de plumas.