Una carreta enflorá se detiene en la capilla; el cura salió a la entrá diciendo "¡qué maravilla!" A las once del reloj entran los novios del brazo; se les llenaron de arroz el sombrero y los zapatos. Cuando estaban de rodillas en el oído el sacristán le tocó la campanilla al novio, talán, talán. El cura le dijo adiós a la familia completa; después que un perro ladró él mismo cerró la puerta. En la carreta enflorá ya se marcha la familia; al doblar una quebrá se perdió la comitiva.