(Cueca) Un cuarto de Tocopilla con una sola ventana y un par de trenzas queridas. Afuera la vida quieta, adentro el amor llorando. Ay, cuarto de Tocopilla. No te vayas de noche, no me hagas eso, que me dejan la boca sin piel tus besos. No te vayas de noche, no me hagas eso. No me hagas eso, ay sí, fiera morena, que en la calle te espera una condena. Tal vez -Dios no lo quiera- alguien pudiera.