Ayer me dijo un fulano ¿Cuánto cuesta su caballo con toditos los aperos? Le dije, inmediatamente Discúlpeme, caballero, mi caballo no está en venta Lárguese de estos linderos Insistió aquel individuo Yo estoy dispuesto a comprárselo, no se pare por dinero Le respondí más enfático Mujer, caballo y sombrero Para mí no tienen precio cuando hay cariño sincero Cuando uno tiene orgullo se aprieta tanto a lo suyo Que no es fácil convencerlo a vender un sentimiento Puro, limpio y verdadero, ni la suma más cuantiosa Ni el más poderoso imperio podrá comprar ilusiones Pero nunca un amor serio Mi caballo es un tesoro, que usted ni con todo el oro Que hay en mundo entero podrá sacar de mi atajo Mi saíno pasitrotero, déjelo quieto carajo Pastando en sus comederos, que se muera De lo anciano, pero nunca, nunca, nunca de sillonero La vida es un libro abierto Donde se aprende de todo, de lo malo y de lo bueno El tribunal donde un día, todos compareceremos A purgar una por una las culpas que cometemos Yo soy un buen ciudadano, no ando fastidiando A nadie ni codiciando lo ajeno Tengo una vida tranquila, me la gasto más o menos Pero cuando me molestan, ronco más duro que un trueno Las prendas que yo me pongo las quiero igual que a mi vida Las respeto y las venero mi cobija, mi chinchorro, mis botas y mi sombrero Su valor incalculable va más allá del dinero Algo como inalcanzable para cualquier faramallero Yo tengo un caballo de oro Que, para mí, es un tesoro Tiene en la frente un lucero, las cuatro patas blanquitas Mi saíno pasitrotero, déjelo quieto carajo Pastando en sus comederos Que se muera de lo anciano, pero nunca, nunca, nunca de sillonero