El día de La Candelaria, es una fecha Especial en la que, se da por culminada La Navidad. Los orígenes de la llegada De la advocación mariana de la Virgen de la Candelaria a Venezuela se Remontan a el último tercio del siglo XVII En la que un considerable número de familias De origen canario se desplazan a esas tierras Estos nuevos colonos difundirán por todos Los lugares que se asientan el culto a su Patrona. Un fenómeno muy parecido a la Difusión del culto a San Patricio por los Estados Unidos por parte de los emigrantes irlandeses Se venera en muchos lugares en Venezuela Turmero y Valle de la Pascua, la Virgen de Candelaria es la santa patrona, cuyas ferias Se honran con procesiones y corridas de toros Multitudinarias. En el Hogar Canario Venezolano de Caracas, hay también una imagen de la Candelaria Junto a la de la Virgen de Coromoto (Patrona de Venezuela) Patrona de Cantaura. Patrona de la Diócesis de Valle de la Pascua, titular de la Catedral y Patrona de Valle de la Pascua, entre otras regiones Está unida íntimamente a la historia de las Islas Canarias, especialmente de la isla de Su aparición, Tenerife. No hay acuerdo sobre El año de la aparición, pero la opinión Mayoritaria es que apareció en la desembocadura Del barranco de Chimisay, en el municipio canario De Güímar, 95 años antes de la conquista de Tenerife, es decir aparecería del 1400 al 1401 Es por tanto la primera aparición mariana de Canarias. Fray Alonso de Espinosa describió La historia en 1594 Según la leyenda relatada por Fray Alonso de Espinosa, iban dos pastores guanches a encerrar Su ganado a las cuevas cuando notaron que el Ganado se remolinaba y no quería entrar Buscando la causa miraron hacia la desembocadura Del Barranco de Chimisay y vieron sobre una peña Casi a la orilla del mar, la figura de una mujer que Creyeron animada. Como estaba prohibido a los Hombres hablar o acercarse a las mujeres en Despoblado, le hicieron señas para que se retirase A fin de que pasase el ganado. Pero al querer ejecutar La acción, el brazo se le quedó yerto y sin movimiento El otro pastor quiso herirla con su cuchillo Pero en lugar de herirla, quedó herido el mismo Asustados, huyeron los dos pastores a Chinguaro La cueva-palacio del mencey Acaymo, para referir Lo acontecido. El mencey acudió con sus consejeros Ella no respondía pero nadie se atrevía a tocarla El mencey decidió que fuesen los mismos dos Pastores ya heridos quienes la recogieran para Llevarla al palacio. Ellos, al contacto con la imagen Quedaron sanados. El mencey comprendió que Aquella mujer con un niño en brazos era cosa Sobrenatural. El mismo rey entonces quiso llevarla En sus brazos, pero después de un trecho, por el Peso, necesitó pedir socorro. Es así que en lugar De la aparición hay hoy día una cruz y en el lugar Donde el mencey pidió socorro, un santuario a Nuestra Señora del Socorro La llevaron a una cueva cerca del palacio del rey Hoy convertida en capilla. Más tarde un joven llamado Antón, que había sido tomado como esclavo por los Castellanos y había logrado escapar y regresar a su isla Reconoció en la imagen milagrosa a la Virgen María. Él Habiendo sido bautizado le relató al mencey y a su corte La fe cristiana que él sostenía. Así llegaron a conocer a la Virgen María como La Madre del sustentador del cielo y Tierra (guanche: Achmayex Guayaxerach Achoron Achaman o Chaxiraxi) y la trasladaron a la Cueva de Achinado (detrás de la actual Basílica de Candelaria) Para veneración pública Salve, salve, Virgen morenita Dulce madre del divino amor Clara estrella de esperanza nuestra Luz que irradia del eterno sol De Canarias la Patrona excelsa Nuestras islas con fervor te aclaman Y admirando tu piadoso influjo Madre y Reina con amor te llaman Tu candela nos alumbra y guía Por la senda de la fe más alta Como un faro que señala al mundo Los caminos de la Eterna Patria Templo abierto dieron las cumbres Y de arena bella ser la playa Blanco perla tu dosel las nubes Y su arrullo las marinas aguas Candelaria, pueblo venturoso Relicario de tu imagen santa Horno y centro del amor isleño Cuna y fuente de la fe canaria