Yo quiero que me digas que no quieres Subirte a la montaña de mis dudas Vestirte con las ropas del deseo Abrir tus ojos verdes cuando acudas A ese sitio fantasioso que promete La mitad de la alegría de las cosas La función sin escenarios ni doblete La belleza eterna de unas tristes rosas Yo quiero preguntarte por tus manos Que no te comprometan ni te quiten La tímida inocencia que me esconden La voz que tus palabras me transmiten Si en ellas se ha perdido el compromiso Si en mí se separaron los caminos Mis dudas me atacaron por sorpresa No son mis pensamientos positivos Ni son las frustraciones de un artista Que sueña con subir a un escenario Novelas en cajones de hace tiempo Escritos de un pobre lobo estepario Antiguas paranoias que retornan Retratos consumidos por el tiempo Trofeos que ni premian ni deshonran Objetos que no tienen movimiento Te pido que perdones sus locuras Son pobres enemigas del fracaso Ilustres marionetas del destino En ausencia de un buen beso o una abrazo