Se nos olvidó, que el amor y una rosa, precisan de riego Y nos olvidamos de la diferencia entre el frío y el fuego Se nos olvidó que al tomarnos la mano, un verso escribimos Y nos olvidamos de aquellas promesas, nunca, nunca las cumplimos Se nos olvidó, de guardar la palabra, que a veces nos hiere Y que una caricia, si no la practicas a diario, se muere Se nos olvidó, que decirnos: Te quiero, oírte decir, en las noches te espero Y nos olvidamos de ser cada quien, para cual, uno entero Se nos olvidó, que decirnos: Te quiero, oírte decir, en las noches te espero Y nos olvidamos de ser cada quien, para cual, uno entero