Esta tarde llueve, como nunca; y no Tengo ganas de vivir, corazón. Esta tarde es dulce. Por qué no ha de ser? Viste gracia y pena; viste de mujer. Esta tarde en lima llueve. Y yo recuerdo Las cavernas crueles de mi ingratitud; Mi bloque de hielo sobre su amapola, Más fuerte que su “no seas así!” Mis violentas flores negras, y bárbara Y enorme pedrada; y el trecho glacial. Y pondrá el silencio de su dignidad Con óleos quemantes el punto final. Por eso esta tarde, como nunca, voy Con este búho, con este corazón. Y otras pasan; y viéndome tan triste; Toman un poquito de ti En la abrupta arruga de mi hondo dolor Esta tarde llueve, llueve mucho. ¡y no Tengo ganas de vivir, corazón!