Tañen las trompetas en la batalla Anuncian mares de sangre y dolor Llegan legiones desde el horizonte Son los caballeros templarios de Dios Luces divinas guían sus almas Son mil estrellas que marchan al alba Rudos, sangrientos fuerzan la huida De todo enemigo del Señor Hurtos caballos levantan el polvo Que oscurece los ojos del Sol Luces divinas guían sus almas Son mil estrellas que marchan al alba Forjados de hierro por fuera Armados de fe interior Solemnes soldados que no pelean Sino defienden lo que creen Glorioso será el regreso de la despiadada batalla Dichosa sea la muerte, si acaeciera De mártires que en combate perecerán