En respirar me concentro Los días más largos Con Sol, o sin Sol Que derrotan las ganas Despertar frente al dolor Apretar los dientes Dejar, volver, saltar, gritar Y dormir o cantar Solo por no llamarte Solo por no llamarte Un vino, dos cigarros (o veinte) Y tu perfume impregnado Tu mirada, desaforada, que ya no sé Si es actuada En tu gran sinfonía Muerta al despilfarro Mordiendo la astilla Pagando muy caro Lo que es regalado De temblar como hoja de papel que se quema Que muta en el sexo, y después se desvela Que inyecta tristeza, clona y escitalopram En una sola jarra, con toda tu turbiedad Y toda mi dignidad De dolor sin lección, sembrar la duda y el miedo En donde solo me pensaba en tu cuerpo, en tus recetas, en tus vivencias En mi paciencia, tu inteligencia En tus caderas, y en cada parte de tu pornografía En tus abrazos, siempre lejanos En tus besos, nunca apasionados Y en que mi sangre, estaba allí Sangre, sangre, sangre, sangre