Quiero caminar alguna calle contigo De aquellas que de mano me quitaste el frío Cuando la Luna aun más alta alumbraba con brío Y la sombra de tu cuerpo me servía de abrigo Aquellas que en mis pies crecieron las ampollas Maduradas por asfaltos sin ti ni demoras Y las cicatrices que tus dulces labios devoran Me corren en el pecho sin segundos ni horas Aquellos ríos que sin querer arrebataban Las ganas de marcharse porque esperaba Tu sonrisa como hoja sobre el agua navegaba Y yo con tanto frío y tú que me desnudabas Mi padre en la mañana colaba café Mi hermana de su sueño despertaba a las diez Y tú, negra buena, dónde estás que no me ves Ahora que tan lejos se me ha hecho el ayer Y tengo hambre de tu abrazo De tu mano cuando apagas la luz De tus buenas noches, de tus pasos De tu silencio y de tu juventud De la chancleta que volaba el espacio Cuando enfadaba, negra, tu virtud Y aunque maldito no importaba el regaño Porque sabía que allí estabas tú ¡Oh, negra! Yo siento de lejos tus emociones Asì crezco odiando banderas, revoluciones Y regreso a mi calle cada abril posible Recorro las aceras de agua irreversible Persigo la ruta que tú, negra, hiciste Aun cuando era inmenso el peso y el dolor