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'Yo nací, señor juez, en el suburbio,
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suburbio triste de la enorme pena,
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en el fango social donde una noche
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asentara su rancho la miseria.
De muchacho, nom s, hurgu‚ en el cieno
donde van a podrirse las grandezas.
Hay que ver, se¤or juez, c¢mo se vive
para saber despu‚s c¢mo se pena !
Estribillo
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Un farol en una calle tristemente desolada
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pone con la luz del foco su motivo de color.
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El cari¤o de mi madre, de mi viejita adorada,
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que por santa merec¡a, se¤or juez, ser venerada,
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en la calle de mi vida fue como luz de farol.
Y piense, si aquella noche, cuando o¡ que aquel malvado
escupi¢ sobre sus canas el concepto bajo y cruel,
hombre a hombre, sin ventaja, por el despecho cagado,
por mi cari¤o de hijo, por mi cari¤o sagrado,
sin pensar, loco de rabia, como un hombre lo mat‚.
2da Parte
Olvide usted un momento sus deberes
y deje hablar la voz de la conciencia.
Deme despu‚s como hombre y como hijo
los a¤os de presidio que usted quiera,
y si va a sentenciarme por las leyes
aqu¡ estoy para aguantarme la sentencia...
pero cuando o¡ga maldecir a su viejita
es f cil, se¤or juez, que se arrepienta !...'
DC ITAC
A audiencia, se¤ores,
se ahogaba en silencio,
llorando el malevo,
lloraba su pena
el alma del pueblo !