Un hombre de frente a una ventana Súper lúcida la mirada Recorre el paisaje y no No es su interior, es luna Son sombras lejanas del bosque Es algo raro en las estrellas Sonidos que inducen temor Y también melancolía de esperar De esperar De esperar que ella vuelva y le diga Acá estoy mi amor, no existe el olvido Acá estoy mi amor, de vuelta; he venido ¿Lo puedes creer? No existe el olvido, mi amor No existe Su mente, inquieta, se puebla de historias Su cuerpo es solo memoria Es eso que hay que sentir Con paciencia infinita Andando las calles ajenas De hombres que al fin le dan pena Campanas en la noche Ruidos de melancolía que esperan Que esperan Que esperan que ella vuelva y le diga Acá estoy mi amor, no existe el olvido Acá estoy mi amor, de vuelta; he vencido ¿Lo puedes creer? No existe el olvido, mi amor No existe Delirio tremendo, ficción literaria Secretos que fueron plegaria Espejo maldito que al fin Duplicó toda su vida Andando las calles ajenas De hombres que al fin le dan pena Campanas en la noche Ruidos de melancolía que esperan Que esperan Que esperan que ella vuelva y le diga Acá estoy mi amor, no existe el olvido Acá estoy mi amor, de vuelta; he vencido ¿Lo puedes creer? No existe el olvido, mi amor No existe