Un día, sin aviso, el cielo se abrirá
Al sonido de la trompeta, toda la tierra temblará
Los justos serán llamados al encuentro con el Señor
Y allí no habrá más tristeza ni dolor

En el arrebatamiento, encontraremos nuestro hogar
En las mansiones celestiales, para siempre voy a morar
El cielo se abrirá cuando la trompeta suene
Y en la eternidad con Cristo quiero estar

En las nubes Él vendrá, en gloria y en poder
Los santos redimidos, listos para recibirle
Dejando atrás este mundo de horror
Para morar con Él, nuestro eterno Salvador

En las nubes Él vendrá, en gloria y en poder
El arrebatamiento pronto va a suceder
Ha llegado el tiempo de prepararnos
Pues el Novio viene
A buscar a Su iglesia

Entonces aparecerá en el cielo
La señal del Hijo del hombre
Y todos los pueblos de la tierra se lamentarán
Y verán al Hijo del hombre
Viniendo sobre las nubes del cielo
Con poder y gran gloria
Y Él enviará a Sus ángeles
Con gran sonido de trompeta
Los cuales reunirán a Sus escogidos
De los cuatro vientos
De un extremo al otro del cielo

En las nubes Él vendrá, en gloria y en poder
Los santos redimidos, listos para recibirle
Dejando atrás este mundo de horror
Para morar con Él, nuestro eterno Salvador

En las nubes Él vendrá, en gloria y en poder
El arrebatamiento pronto va a suceder
Ha llegado el tiempo de prepararnos
Pues el Novio viene
A buscar a Su iglesia