Desde la meseta polvorienta, su sombra amenazante crece
Escondido en las ramas de la creosota venenosa

Ella enrosca sus espinas lentamente
Hacia el Sol hirviente
Y cuando toqué su piel
Mis dedos corrían con sangre

En el apacible anochecer
Bajo una Luna plateada hinchada
Vine caminando con el viento
Para ver florecer el cactus

Un extraño hambre me perseguía
Las sombras que se avecinaban bailaban
Me caí a la maleza espinosa
Y sentí una mano temblorosa

Cuando la última luz calienta las rocas
Y las serpientes de cascabel se despliegan
Vendrán los gatos de la montaña
Para arrastrar tus huesos

Entonces levántate conmigo para siempre
A través de las arenas silenciosas
Y las estrellas serán tus ojos
Y el viento serán mis manos