Ella tenía la talla hecha a medida
Las caderas llenas
Y cazaba a los hombres en los alrededores
De la Magdalena
Por su manera de decirme: Mi bichito
¿Es que yo te tiento?
Me di cuenta de que se trataba de
Una novata

Ella tenía el don, es cierto, lo confieso
Tenía ingenio
Pero sin técnica, un don no es más
Que una pésima manía
Si bien, no se hace una puta
Como se hace una monja
Es al menos lo que se predica, en latín
En la Sorbona

Sintiéndome lleno de piedad
Por la doncella
Le enseñé, de su trabajo
Los pequeños trucos
Le enseñé la manera de bien pronto
Hacer fortuna
Moviendo el sitio donde la espalda
Se asemeja a la Luna

Porque, en el arte de prostituirse
Lo confieso
Lo difícil es de saber bien
Mover las nalgas
No retorcemos el culo
De la misma manera
Para un droguera, que para un sacristán
O un funcionario

Rápidamente instruida por
Mis buenos oficios
Ella me daba una parte
De sus beneficios
Nos ayudábamos mutuamente
Como dice el poeta
Ella era el cuerpo, naturalmente
Y luego yo la cabeza

Una noche, después de
Maniobras dudosas
Ella cayó víctima de una
Enfermedad vergonzosa
Como, en todo bien, en toda buena amistad
Como buena niña
Me pasó la mitad
De sus microbios

Después de inyecciones agudas
De antisépticos
Abandoné la profesión de cornudo
Sistemática
Por mucho que lloraba
Y gritaba a viva voz
Como yo no era más que un cabrón
Me volví honesto

Tan pronto se deshizo de mi tutela
Mi pobre amiga
Corrió a soportar del burdel
Las infamias
Incluso parece que ella se vende a policías
¡Qué decadencia!
Ya no queda más moral pública
En nuestra Francia