Llevo en la frente la cruz de Caín
La sangre ha marcado mi hogar
La niebla lo cubre todo alrededor
Las sombras que llegan se esparcen
Flotan
Aves de invierno se posan en mí
Sus garras me aprietan los hombros, la paz
Salpican mis ojos, después de rugir
¡Silencio, la hora ha llegado!
Me abren el pecho buscando la voz
Muerden feroz mi garganta
Rasgan profundo la vida, y allí
Donde solo queda el alma
Dejan sembrada una canción
Y se marchan
Dejan sembrada una canción
Y se marchan
Me abren el pecho buscando la voz
Muerden feroz mi garganta
Rasgan profundo la vida, y allí
Donde solo queda el alma
Dejan sembrada una canción
Y se marchan
Dejan sembrada una canción
Y se marchan