Vengo de la casa de campo abandonada
Frecuento los lugares donde nací
Sólo el eco me respondió en los barrancos
Aceptando la tristeza que sentí
Abrí la puerta del campo del pensamiento
Y me fui a mis días de infancia
Y a caballo galopó por las colinas
De los campos verdes que también conocí

Ya no se oye el grito del arriero
Perderse en el camino polvoriento
El anciano sincero lleva mucho tiempo en silencio
Y la tetera se pudrió y quedó abandonada
Incluso la sombra amigable y sociable
Donde el arriero hacía la siesta
Hoy en día nada de esto existe ya
Todo desapareció de la casa abandonada

Pasando frente al rancho del camionero
Donde por la tarde bebimos chimarrão
Sólo una roca seca en un rincón
Y el viejo yugo colgado en el cobertizo
Incluso el camión que circulaba por la carretera
Despertando el silencio del rincón
Vi el esqueleto muy triste abandonado
Pudriéndose a la sombra de un árbol de canela

Sin convencerme, contuve mi pequeña gota
Matungo viejo que quedó de una manada
Solo vi tristeza en la casa abandonada
Que en otros tiempos todo era maravilloso
Me dieron ganas de gritar a los cuatro vientos
Preguntando justo en lo alto de la colina
¿Dónde están los gauchos de esta tierra?
Los herederos de la epopeya de Farroupilha