En términos exclusivamente físicos, el sonido es una onda mecánica que se propaga a través de un medio material, como el aire, el agua o los sólidos.

Es una parte de la teoría musical que abarca diversas áreas de conocimiento científico y está directamente vinculada a las actividades musicales, desde la composición, el arreglo, la grabación y la producción.

Hoy te ayudaremos a entender mejor qué es el sonido y cómo se refleja en la forma en que percibimos la música. ¡Acompáñanos!

Qué es el sonido: características y propiedades 

Puede parecer obvio decir que los elementos de la música están intrínsecamente relacionados a lo que entendemos como sonido. No solo como fenómeno físico, sino también a la manera en que percibimos este fenómeno. Es decir, como algo psicofísico.

Decimos que, en términos puramente físicos, el sonido es una onda mecánica.

Estas ondas son generadas por vibraciones que hacen que las moléculas del medio (aire o agua, por ejemplo) oscilen, transmitiendo energía de una partícula a otra hasta alcanzar el oído humano o un dispositivo de captación de sonido.

Entonces, no es incorrecto decir que lo que percibimos como sonido es el proceso de captación de las vibraciones de las moléculas por el oído y la forma en que interpretamos esa información en nuestro cerebro.

Existen tres características principales que definen el sonido: altura, intensidad y timbre. Vamos a verlas a continuación.

Altura 

La altura (o altura tonal) del sonido está relacionada con la frecuencia, o el número de vibraciones de una onda sonora.

Frecuencias más altas se perciben como sonidos más agudos, mientras que las más bajas se perciben como sonidos más graves.

La medida que usamos para cuantificar esta frecuencia se llama hertz (Hz), en referencia a Heinrich Hertz, físico alemán pionero en transmitir ondas de radio. Esta medida es de “ciclos por segundo” o “vibraciones por segundo”.

Nosotros, los seres humanos, podemos escuchar frecuencias sonoras que varían entre los 20 Hz y los 20 mil Hz (20 kHz).

Puede parecer que términos como “sonidos altos” y “sonidos bajos” estén puramente relacionados con la frecuencia, pero en realidad hay un aspecto cultural significativo en esto.

Esta medida es una forma de cuantificar e interpretar el fenómeno sonoro a partir de conceptos físicos. Sin embargo, podemos considerar más parámetros que generarían otros términos.

Por ejemplo, si consideramos la fuente emisora, como un violín y un contrabajo, podemos asociar el sonido agudo como un sonido “pequeño” y el sonido grave como “grande”, por el tamaño contrastante de los instrumentos. O, entonces, “corto” y “largo”, relacionando la extensión de las cuerdas.

Intensidad 

Por su parte, la intensidad del sonido está relacionada con la amplitud de la onda sonora, o como hemos establecido, la amplitud de vibración de las moléculas.

Está relacionada con cuán “alto” o “bajo” percibimos un sonido, es decir, es lo que popularmente nombramos volumen.

La intensidad se mide en decibelios (dB) en referencia a Alexander Graham Bell y es una unidad relativa, como el porcentaje, por ejemplo.

Lo que interpretamos como sonidos más intensos tienen una mayor amplitud de onda, mientras que los sonidos menos intensos tienen una amplitud menor.

Sin embargo, utiliza una escala logarítmica. Esto significa que duplicar la amplitud de onda no duplica la medida en dB, sino que la incrementa en “solo” 3 dB.

Esto se debe precisamente al factor psicofísico, ya que la percepción de intensidad también depende de él.

Timbre 

El timbre es la característica del sonido que nos permite distinguir entre diferentes fuentes sonoras, incluso cuando producen sonidos con la misma altura e intensidad.

Está determinado por la composición del espectro del sonido, es decir, por la presencia de armónicos y otras frecuencias adicionales, además de la fundamental. Estas interacciones dan lugar a lo que se llama “forma de onda”.

La combinación de los diferentes armónicos moldea la forma de las ondas que, a su vez, son interpretadas como el timbre que escuchamos.

Esto no solo nos permite diferenciar entre instrumentos diferentes, como la flauta y la trompeta, sino también percibir matices sutiles de timbre, como la diferencia entre una guitarra Les Paul y una Fender.

El material que usamos para emitir el sonido e incluso la intensidad pueden afectar el timbre de un instrumento. Esto se debe a que diferentes armónicos se enfatizan con cambios en los ataques, materiales o incluso intensidades.

Qué es el sonido: conociendo los fenómenos acústicos 

Los fenómenos acústicos describen cómo las ondas sonoras interactúan con el ambiente y los objetos a su alrededor. Recuerda que son ondas mecánicas, es decir, necesitan un medio para propagarse.

Además, vale la pena enfatizar que la onda sonora es tridimensional, es decir, se propaga en las tres direcciones del espacio. Estos fenómenos incluyen la difracción, la refracción, la absorción y la interferencia.

Difracción 

La difracción ocurre cuando una onda sonora encuentra un obstáculo o una apertura y se dispersa alrededor de él.

Este fenómeno es responsable de la capacidad del sonido de rodear objetos y propagarse en diferentes direcciones, permitiendo que sea escuchado incluso cuando la fuente sonora no está directamente visible.

Refracción 

La refracción del sonido ocurre cuando hay un cambio en la velocidad de propagación de la onda sonora al pasar de un medio a otro con diferentes densidades o propiedades.

Esto puede causar un cambio en la dirección de la onda sonora, similar a lo que ocurre con la luz al pasar de un medio a otro.

Absorción 

La absorción sucede cuando la energía de la onda sonora se convierte en otras formas de energía, generalmente térmica, al interactuar con superficies o materiales.

La absorción reduce la intensidad del sonido, y se utiliza en proyectos de acústica para controlar la propagación sonora en ambientes como estudios de grabación y salas de conciertos.

Interferencia

La interferencia es el fenómeno que ocurre cuando dos o más ondas sonoras se encuentran y combinan sus amplitudes.

Podemos percibirla como constructiva —cuando las ondas se suman y aumentan la intensidad del sonido—, o destructiva, cuando las ondas se cancelan parcial o totalmente, reduciendo la intensidad del sonido.

Este fenómeno es crucial en varias aplicaciones acústicas y en la ingeniería de sonido.

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Traducido y adaptado por Amana Dias Colares.