Cuando cae la tarde, tu ausencia brilla más que tu presencia
La tarde se dobló sobre mi mesa
El café se enfrió con tu adiós
Una flor apagada en la repisa
Huele igual que tu última voz
Tu risa era lluvia de verano
Mi silencio desierto sin Sol
Le susurro tu nombre a la nada
Y la nada no sabe de amor
No le pidas al olvido que me sane
Tengo un te amo colgado en el mar
Vuelve, que mi sombra no camina sola
Vuelve, tu ausencia me hace naufragar
Mira, la ventana se llenó de auroras
Que no encuentran cómo a ti cantar
Vuelve, mi noche no conoce estrellas
Dime que aún guardas un resto de luz
Vuelve, que en mi pecho una flor te espera
Antes que amanezca sin tu cruz
Si no puedes regresar, déjame tu resplandor
Seré jardín cuidando el eco de tu voz
Vuelve, aunque sea como brisa leve
Vuelve, pétalo al atardecer
Vuelve, que mi alma todavía te bebe
Sin tu latido no sé qué hacer
Si no vuelves, igual floreceré