Em E7 - A - E - B7 - E
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Ayer yo visité la cárcel de Sing Sing
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y en una de sus celdas solitarias,
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un hombre se encontraba arrodillado al Redentor:
C B7
piedad, piedad de mí, mi Gran Señor.
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Mas, cuando me miró, a mí se abalanzó;
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y con voz temblorosa y recortada:
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escucha, triste hermano, esta horrible confesión;
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aquí, yo condenado a muerte estoy...
Yo tuve que matar a un ser que quise amar
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y, aunque aún estando muerta, yo la quiero...
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al verla con su amante, a los dos los maté,
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por culpa de ese infame moriré.
D G
Minutos nada más me quedan ya para expirar,
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la silla lista está, la cámara también.
F E
A mi pobre viejita, que desesperada está,
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entréguele este recuerdo de mí.