Una mañana de primavera, cuando el día estaba amaneciendo
El brillante Febo había surgido desde lo alto de la cresta
Vi a una bella dama mientras ella regresaba a casa
De pastorear sus rebaños en las colinas de Glenshí

Me quedé asombrado, y dije
Hermosa doncella, ¿podrías venir conmigo a Pueblo de San Juan?
Nunca ha habido una dama que entre en mi castillo
Nunca ha habido una dama vestida más elegante que tú

Un carruaje con seis caballos te llevará a cualquier hora
Y todos los hombres que hablen te llamarán Señora
Buenos sirvientes te atenderán y obedecerán tus órdenes
Te haré mi esposa, mi tierna niña de Glenshí

Ay, ¿qué me importan tus castillos y tus carrozas?
¿Y qué me importa tu pomposa grandeza?
Prefiero estar en casa, en mi cuna y mi telar
O con mis rebaños, en las colinas de Glenshí

Deja de hablar así y ven aquí a mi lado
Cuando llegue el próximo verano, serás mi linda esposa
Y luego, en mis brazos, te acariciaré suavemente
Fue entonces cuando ella consintió, la llevé conmigo

Han pasado siete años desde que nos unimos
Ha habido muchos cambios, pero no hay cambio en mí
Y mi amor, ella es tan hermosa como aquella mañana en la montaña
Cuando me recogí una rosa silvestre en las colinas de Glenshí