Estaba rayando el Sol de esa preciosa mañana
Cuando cargaban la droga Rosendo y Lauro Quintana
Llevaban una misión de cruzarla por Tijuana
En Sonorita y también en San Luis Río Colorado
Cayeron muchos agentes que allí estaban esperando
Siguieron por Mexicali como alma que lleva el diablo
Subieron La Rumorosa como a las doce del día
Y una camioneta blanca muy de cerca lo seguía
Les decían que se rindieran que nada les pasaría
Rosendo les contestó con rugiente metralleta
Los hombres nunca se rajan aquí les va mi respuesta
Rodando hacia al precipicio agentes y camioneta
Llegaron hasta Tijuana como a las cuatro sería
Los tenían boletinados las fuerzas de policía
Pero se habían disfrazado nadie los reconocía
En la cajuela del carro de un aduanal federal
Metieron todo el paquete para su misión final
Y al llegar a San Isidro quien lo podía imaginar
Así termino la historia que empezó aquella mañana
Siguen sembrando el terror por la Unión Americana
Son dos hombres de valor hijos de Lino Quintana