¡Qué glorioso, cristiano, es pensar
En la ciudad que no tiene igual
Donde las paredes son de puro jaspe
Y las calles de oro y cristal

Piensa en lo glorioso que será
Ver la multitud triunfante
Que cantando, espera la llegada
De los que vencen la tribulación

Piensa en lo glorioso que será
Ver el río de la vida y la luz
Cuyas orillas cubiertas de lirios
Son la gloria de nuestro Jesús

Allí habrá un amanecer perpetuo
Porque Dios mismo alumbrará
Y el Cordero, con Su esposa
La noche y el día brillarán

Piensa en la melodía celestial
Que la tierra se llene, de Beulah
Y de las arpas la dulce armonía
Cuando cruces el Jordán, oirás

Incluso en dolores que conducen a la muerte
Sé constante, no vuelvas
Tu herencia, tu destino eterno
Es Jesús, el Fiel, el Veraz

Si es glorioso pensar en la grandeza
En los placeres que yacen aquí
¿Qué va a disfrutar de las riquezas
¿Qué esperan allí los salvos?

Los encantos del mundo no pueden
Eclipsar esta gloria más allá
¿No quieres vivir, mi amigo?
¿En esta hermosa Jerusalem?