Cuando apenas ocurre la mañana, ay si
Una sombra se confunde con el agua, ay no
Zamora hombre viejo, empuja la chalana
Su cuerpo curtido, tiene la edad del alma
El idioma del agua anda en sus ojos, ay si
Y saben sus manos que es el hambre, ay no
Por el camalotal, se va en sombra don Zamora
Con su silencio, que se parece mucho a la soledad
Duendecitos del río, en que vientos vive el cazón
Diosito de la distancia, acuérdate de tu pescador
Cuando los grillos llenen de canciones la noche
Volverá con sus tristes redes, y su sustento de dolor
Que el Cristo multiplicador de panes y de peces
Baje su milagro al agua de los pobres, señor
Que se despene el alma, y el río diga su oración
Para calafatear los sueños, aunque la vida diga no