¿Cómo estudiar arpegios? Consulta 10 consejos prácticos
El arpegio es la forma melódica de expresar los acordes, tocando cada nota individual y sucesivamente. Para ayudarte, reunimos 10 consejos sobre cómo estudiar arpegios.

Por lo tanto, tendrás un tutorial bien organizado, que evite desviarte del enfoque. ¡Acompáñanos!
10 consejos sobre cómo estudiar arpegios para empezar ahora
El arpegio puede ejecutarse a partir de dos estructuras principales de acorde: la tríada y la tétrada.
La primera está formada por tres notas: fundamental, tercera y quinta. La tétrada, por su parte, está formada por cuatro notas: fundamental, tercera, quinta y séptima.
Es posible seguir ese orden ascendente de notas, pero también puede ser descendente o incluso aleatorio.
Cuando el arpegio sigue el orden de notas de un acorde, se considera conjunto, existiendo dos maneras de tocar: ascendente y descendente.
El ascendente empieza en una nota grave y termina en una aguda. El descendente hace lo contrario. Y cuando el orden de las notas es aleatorio, el arpegio es disjunto.
Si cualquier arpegio se ejecuta en una sola octava, se considera “simple”. Si se aplica en más de una octava, se llama “compuesto”.
Vamos ahora a revisar los 10 consejos sobre cómo estudiar arpegios.
1. Estudia la formación de acordes
Antes que nada, es necesario comprender la formación de acordes. Sin dominar este concepto, no hay cómo empezar a estudiar los arpegios.
Como los arpegios son la transformación de los acordes en melodía, es importante conocer las notas musicales, los intervalos y su estructura.
2. Conoce los tipos de arpegios
Después de estudiar la formación de acordes, es hora de ubicar los diferentes tipos de arpegios en tu instrumento.
Identifica las notas musicales y, después, mapea los arpegios desde un campo armónico de referencia, que puede ser mayor o menor.
Como resultado, ganarás familiaridad con las diferentes formaciones de tríadas y tétradas.
3. Prueba variaciones rítmicas
Ahora vas a tocar los arpegios en diferentes configuraciones rítmicas. Alterna entre una, dos, tres y cuatro notas por tiempo, por ejemplo.
Luego, prueba otras variaciones, con desplazamientos de notas y ejecuciones no simétricas de tiempo.
Así crearás muchas posibilidades sonoras en tu mente y expandirás la creatividad, algo muy útil a la hora de crear arreglos diferenciados.
4. Aplícalos en varias octavas
Los arpegios pueden hacerse utilizando una octava o una mayor extensión de octavas. Dependiendo del instrumento, es posible hacer arpegios encadenando hasta tres octavas.
De esta manera, podrás tocar el mismo arpegio en diferentes regiones, explorando sonoridades graves y agudas.
5. Realiza saltos de intervalos
Cuando estudies arpegios, también es interesante realizar saltos de intervalos, sin necesidad de ejecutar siempre las notas de forma secuencial.
Toca las notas de manera aleatoria o inventa patrones alternativos. Por ejemplo, la secuencia puede ser: tónica – quinta – tercera o quinta – tercera – tónica.
Otra vez, este simple ejercicio tiene el poder de ampliar tus horizontes musicales, ayudándote a abrir los ojos (y los oídos) a nuevos caminos.
6. Canta las notas
Como otro ejercicio, te sugerimos cantar las notas de los arpegios para desarrollar habilidades como percepción musical y sensibilidad melódica.
7. Haz superposiciones
¿Sabías que es posible superponer arpegios para conseguir otras notas de extensión de los acordes? Aunque sea un tema de otros niveles, es bueno que ya lo conozcas.
Puedes tocar el arpegio de Mi menor con séptima menor (Mi – Sol – Si – Re) sobre una base con un acorde de Do mayor (Do – Mi – Sol).
Así, los intervalos generados entre la melodía y la base serían: tónica – tercera mayor – quinta justa – séptima mayor – novena mayor (Do – Mi – Sol – Si – Re).
Este recurso mejora el fraseo, aportando refinamiento a la ejecución y ofreciendo sonidos complejos a solos e improvisos.
8. Saca canciones conocidas
Practicar canciones que contienen arpegios es una manera agradable de consolidar el aprendizaje.
Al mismo tiempo, este tipo de estudio te permite conocer e incorporar las formas de aplicación práctica de los arpegios.
9. Crea temas
Después de sacar canciones de otros artistas, es hora de crear tus propias composiciones. Propón desafíos para llegar a otro nivel de musicalidad.
10. Incorpóralos a tus improvisos
¿Qué tal incorporar los arpegios a tus improvisos? Mezcla el recurso con otros elementos que ya forman parte de tu fraseo, como escalas, modos griegos y licks.
Con el tiempo, realizar arpegios se volverá natural en tu manera de tocar e improvisar.
Aprende algunas canciones con arpegios
Ahora, para que entiendas cómo funciona el arpegio, seleccionamos algunas canciones para que estudies y practiques.
Somewhere in Time — John Barry
La clásica Somewhere in Time, compuesta por el artista John Barry, fue adaptada para varios instrumentos musicales.
Es un gran ejemplo de cómo los arpegios pueden usarse en composiciones, ya sea para crear temas llamativos o para dar soporte a la melodía.
Arpeggios from Hell — Yngwie Malmsteen
Esta pieza es uno de los mejores ejemplos de cómo los arpegios pueden sonar enérgicos e intensos en la guitarra eléctrica.
Al ejecutar arpegios con virtuosismo y uso de distorsión, el músico sueco Yngwie Malmsteen crea una sonoridad impresionante en Arpeggios From Hell.
Stairway To Heaven — Led Zeppelin
Considerada uno de los mayores himnos del rock, Stairway To Heaven es un gran ejemplo del uso de arpegios fáciles en la guitarra acústica.
La introducción tiene las notas de los acordes punteadas de forma individual, en orden ascendente y descendente, generando un efecto melódico y armónico en este icónico pasaje.
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Traducido y adaptado por Amana Dias Colares.
